Quisiera narrarles cosas objetivas, con argumentos; sin tanta arandela. Por ejemplo, convencerlos de ¿por qué votar en blanco?; o hacer una crítica sobre las campañas sucias de los candidatos a la presidencia en Colombia. Tal vez usar la retorica que según el diccionario de la lengua española es el “conjunto de reglas o principios del arte de la elocuencia, del bien hablar” aunque también lo define como “palabrería”. Podría hablarles de ese ataúd blanco y pequeñito; que se acercaba por mi camino y por el cual, camine el doble de cuadras, para no ver las caras de dolor que lo acompañaban. Tal vez se llamaba Milton o tal vez Luis, tenía siete años y en el trayecto de la escuela a la casa fue víctima del fuerte invierno; la corriente descontrolada de la quebrada que día a día debía atravesar, de la casa a la escuela, de la escuela a la casa, fulmino en un pestañar, sus sueños. Podría contarles de la mamá que le rezaba una novena a san Antonio; esa mamá que le prendió una veladora a e...