Libro sin nombre. Parte 1 En un país como Colombia, bombardeado por décadas con propaganda —la de Hollywood, la llamada meca del cine— que ha moldeado nuestra opinión, nuestra cultura y nos ha alejado de nuestra esencia, muchos miran como un ídolo a esa nación en decadencia que alguna vez fue la cuna del imperialismo y del capitalismo salvaje, hoy dirigida por el condenado Donald Trump. En medio de este ecosistema diverso, cuna de Gabriel García Márquez y su realismo mágico, aparecen mutaciones sociológicas. También resuenan las voces de escritores poco convencionales como Fernando Vallejo, que en La virgen de los sicarios mostró sin maquillaje la crudeza de una sociedad atravesada por la contradicción: el sicario que reza y luego mata. En este universo caótico llamado Colombia parece que muchos llevan en la mente instalada aquella propaganda yanqui: estándares de belleza, modelos de vida, metas por alcanzar, ese bendito “sueño americano” que para los mismos estadouni...