Antes de culpar a un maestro colombiano pregúntese ¿Cuántos libros he leído a mis hijos? ¿Cuántos libros me leyeron mis padres?
“La lectura es el corazón de la educación. En la escuela el
conocimiento de casi todos los temas fluye a partir de la lectura” (Trelease,
2012) .
Leer en familia es algo extraño en nuestro país, ya que las familias ocupan su
tiempo de ocio en la televisión y otras Tics. Son pocas las personas que han
podido gozar de este privilegio en nuestra patria tricolor. Colombia, un país
que en materia educativa ha involucionado, llegando a ubicar el último puesto
de las pruebas PISA. Para gran parte de la sociedad colombiana, la culpa es de
los educadores. Ver el problema desde esa perspectiva clasifica a la enseñanza
colombiana como mediocre. Sin embargo, leyendo a Jim Trelease, encontré algo
interesante “¿Qué profesor ha tenido mejor oportunidad de influir en el niño?
¿El de la escuela, que ha estado con él durante 700 horas, o los profesores de
la casa –padres, abuelos, tíos, tías o niñeras- que lo han acompañado por
52.000 horas?” (Trelease, 2012) . El autor se refiere
a un estudiante de preescolar promedio estadounidense. Ahora hagamos sencillas
matemáticas para el caso colombiano, un niño o niña en Colombia asiste, en
promedio 22 horas y media cada semana, teniendo en cuenta que son 40 semanas en
total, eso nos da como resultado un total aproximado de 900 horas al año,
comparadas con las 5840 horas que no está en la escuela durante esas mismas 40
semanas. De esas 5840 horas aproximadamente, digamos que invierten durmiendo
unas 70 horas semanales, lo que nos da unas 2800 horas que debemos restarle a
5840, dándonos un total de 3020 horas. Obviamente, en esta cuenta no se
incluyen las vacaciones. Ahora, la pregunta ¿Qué hacen en las familias
colombianas para que sus hijos progresen en sus procesos de aprendizaje durante
esas 3020 horas que los estudiantes no están con los maestros? De acuerdo a los
resultados obtenidos en las pruebas PISA, es necesario el trabajo de los padres
y familiares en la educación de las nuevas generaciones.
Es responsabilidad de los familiares velar que esas 3020 horas que los
estudiantes no están en la escuela durante un año escolar, realicen actividades
en pro de una educación integral. Sin embargo, seguimos culpando a los maestros
cuando existen padres que ni siquiera se toman la molestia de ir a preguntar a
los docentes ¿Cómo van sus hijos? Trelease apunta en su libro Manual de la
lectura en voz alta la importancia de la lectura en familia, de leerles a
nuestros niños y niñas. Insiste en la importancia de los primeros cinco años de
vida como un factor decisivo al momento de que los estudiantes ingresen a las
escuelas. Leer un libro 15 minutos
diariamente, 105 minutos semanalmente, durante 40 semanas, 4200 minutos, que
podrían dar un cambio significativo en el rendimiento de nuestros escueleros,
de sus hijos. Para los padres es mucho más fácil un día en bicicleta, un
partidito de micro o una comida fuera de casa, que unos quince minutos de
lectura diaria que, repito, puede marcar la diferencia en nuestros educandos.
Es difícil para muchos padres colombianos romper el paradigma de la lectura en
familia. Es difícil para un adulto que nunca le leyeron sus padres cuando niño,
leerles a sus hijos. No obstante es algo que se puede lograr.
Por otra parte, según Trelease,
no serían solamente los problemas escolares los ocasionados por la falta de
hábitos de lectura, él va más allá, “Una
nación que no lee mucho está más propensa a cometer errores en el hogar, en el
supermercado, en la sala del jurado y en las urnas de votación. Y esas
decisiones afectan finalmente a toda una nación, a los alfabetizados y a los
que no están.” (Trelease, 2012) Estas palabras
compactan mucho la situación general de nuestro país bañado en sangre de
inocentes, donde la mejor solución que han encontrado con los indigentes en
Medellín es matarlos, donde en Bogotá se encuentran jóvenes descuartizadas en
maletas, donde la paz es más una estrategia de campaña reeleccionista y donde
muchos creen aun, que Uribe hace parte del partido de la U.
Tal vez estoy exagerando un poco
con esto de la lectura en casa o tal vez solo estoy siendo realista, pero en
serio, Antes de culpar a un maestro
colombiano pregúntese ¿Cuántos libros he leído a mis hijos? ¿Cuántos libros me
leyeron mis padres?
Nota: Gracias a FUNDALECTURA, por los 270 libros donados, entre ellos
el de Jim Trelease, por la excelente capacitación del año pasado, y por los 350
libros que vienen, estas páginas de papel le están cambiando la vida al futuro
de COLOMBIA. Pero necesitamos MÁS. ¡Mucho MÁS!
Atentamente,
Un docente en un lugar de Colombia donde es más fácil escuchar una
emisora extranjera que las cadenas radiales del país.
@riverojuandavid

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