Los verdugos fiscales del pueblo colombiano.
Por Juan David Rivero Raillo
Semilla. El Pasquín sinvergüenza.
Aquí están, con nombre, apellido y partido, los congresistas que hundieron la Ley de Financiamiento 2025, una reforma que —como advierten los análisis de la Universidad Nacional— buscaba que los ricos por fin pagaran lo que deben y que el Estado pudiera enfrentar la desigualdad obscena que padecemos. Pero estos congresistas prefirieron seguir cuidándole los bolsillos a los poderosos. Son los mismos sepultureros de siempre, disfrazados de demócratas mientras le arrebatan al pueblo lo poco que tiene.
John Moisés Besaile Fayad (Partido de la U),
Enrique Cabrales (Centro Democrático),
Richard Fuelantala (AICO),
Carlos Jiménez (Cambio Radical),
Juan Felipe Lemos (La U),
Angélica Lozano (Alianza Verde),
Carlos Meisel (Centro Democrático),
Samy Merheg (Partido Conservador),
Paulino Riascos (elegido por el Pacto Histórico, hoy traicionado y entregado a la derecha).
Ellos hundieron la reforma. Ellos protegieron a los que nunca pierden. Ellos sabotearon una medida de justicia fiscal porque el país real —el de la gente que trabaja, madruga y paga IVA hasta por respirar— les importa menos que las llamadas de los gremios y de los financiadores.
Pero sobresale un espécimen político digno de estudio: John Moisés Besaile, alias “el mudo”. Nunca habla, nunca propone, nunca lidera nada… pero para votar contra el pueblo, ahí sí aparece puntual, disciplinado, firme, como soldado de un régimen de privilegios que lo supera y lo protege. No articula discursos, pero articula traiciones.
¿Y qué decir de Paulino Riascos? Llegó con el Pacto Histórico fingiendo representar a las bases populares, pero no alcanzó a calentar la curul cuando ya estaba votando como si fuera pupilo del uribismo. Un caso perfecto de metamorfosis política: de defensor del pueblo a mascota parlamentaria de la élite.
Estos personajes, junto a sus partidos, son responsables directos de frenar una reforma que hubiera aliviado un poco el peso desproporcionado que carga la clase trabajadora. Decidieron que los ricos debían seguir pagando menos y que el pueblo debía seguir financiando el país con impuestos indirectos. Decidieron que la desigualdad siguiera intacta. Decidieron que usted siguiera perdiendo.
Por eso, cuando estos congresistas bajen a su vereda, a su barrio o a su municipio con sus gorras, abrazos fingidos y almuerzos pagados con plata ajena, no los reciban. No son líderes: son operadores políticos del hambre. No son representantes del pueblo: son representantes de quienes viven del pueblo.
Y lo más urgente: ni un voto para ellos ni para sus partidos en marzo.
No contribuyamos a que quienes hunden las reformas que necesita Colombia sigan hundiendo al país entero.
#NoPasaran #politicacolombiana

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